Culminará en 2026

Badia del Vallès aprovecha la liberalización de sus miles de pisos protegidos para convertirse en distrito universitario de la UAB

El municipio, construido completamente con vivienda asequible, se proyecta a diez años vista para atraer a jóvenes

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Toda la ciudad está construida con pisos de protección oficial y este año ya se pueden vender a precio de mercado

Toda la ciudad está construida con pisos de protección oficial y este año ya se pueden vender a precio de mercado / Ferran Nadeu

Clàudia Mas

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Badia del Vallès
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Un cambio histórico se avecina en Badia del Vallès, pequeño municipio de 13.109 habitantes del área metropolitana de Barcelona que nació hace medio siglo como solución habitacional para miles de familias trabajadoras. Se trata de la liberalización de sus 5.200 viviendas de protección oficial (VPO), que marca el inicio de un nuevo capítulo para la ciudad vallesana: el de la aspiración de convertirse en un distrito universitario vinculado a la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y así atraer a nuevos vecinos, especialmente jóvenes.

La ciudad cuenta con múltiples peculiaridades. Una de ellas es que fue el único municipio de España construido con el 100% de Vivienda de Protección Oficial (VPO). Cuando se creó, el 66% de los pisos estaban reservados para funcionarios y empleados de empresas públicas como Telefónica o Renfe, mientras que el 34% restante se destinó a trabajadores llegados de diferentes partes del Estado, mayoritariamente provenientes de Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura. En 2026, todas estas viviendas serán de libre mercado, en un contexto en el que la crisis habitacional acapara la atención de las administraciones.

La ubicación estratégica de Badia, a tan solo 15 minutos a pie del campus de la UAB por un camino que cruza el río Sec y la C-58, es una ventaja para el Ayuntamiento, que vislumbra la posibilidad de atraer a jóvenes y revitalizar la vida local en un horizonte de diez años. “Queremos recuperar a las familias que se marcharon y dar la bienvenida a los hijos de quienes llegaron hace décadas”, declara el alcalde Josep Martínez (PSC) a EL PERIÓDICO. “Debemos cuidar también a nuestros mayores, que han sido el pilar del municipio durante años”.

Dos señoras mayores pasean por la Avenida Burgos en Badia del Vallès

Dos señoras mayores pasean por la Avenida Burgos en Badia del Vallès / Ferran Nadeu

El reto no es menor. Badia ha perdido población mientras otras localidades del entorno de Barcelona la han ganado. “La mayoría de nuestras viviendas están ocupadas por mujeres mayores que viven solas, ya que sus maridos fallecieron y los hijos se marcharon al no haber oferta habitacional. Ahora tenemos la oportunidad de rediseñar la Badia del futuro”, explica el alcalde.

"Hemos vivido de espaldas a la UAB"

Martínez subraya el potencial de su cercanía a la UAB: “Hasta ahora hemos vivido de espaldas a la universidad. Queremos cambiar eso y que los estudiantes vengan, alquilen pisos y dinamicen la ciudad”. El consistorio también explora la posibilidad de fomentar proyectos colaborativos entre estudiantes y personas mayores, así como estudiar la instalación de iniciativas y estudios impulsados por la UAB. Actualmente, la actividad económica de Badia se reduce exclusivamente al pequeño comercio, ya que el kilómetro cuadrado que ocupa el municipio no permite albergar industrias y, de hecho, recibe financiación de la Generalitat para su autosuficiencia. El origen del municipio fue funcional y esa condición ha menguado su evolución en las últimas cinco décadas.

“Es importante no solo mejorar el parque de viviendas, sino también cuidar el entorno”, insiste el alcalde Martínez. “Queremos calles cuidadas y buena convivencia, porque eso también atrae nuevos perfiles de habitantes. La retirada del amianto ha sido una de las iniciativas más importantes en ese sentido”, aclara.

Para llevar a cabo esta transformación, el Ayuntamiento trabaja en coordinación con la Generalitat y el Comisionado de Barrios para poner en común a todos los organismos que trabajan en Badia en materia de vivienda. Entre ellos se encuentran la Agència Catalana de Residus, por la retirada de amianto que se llevará a cabo durante esta primavera; la Agència d'Habitatge de Catalunya, para convertir las galerías de amianto en balcones; y el Consorci Metropolità de l'Habitatge, dedicado a las rehabilitaciones. Además asegura que el presidente de la Generalitat, Salvador Illa (PSC), se ha comprometido a apoyar económicamente estos proyectos si es necesario, especialmente en la retirada del fibrocemento. “Si no actuamos, el riesgo de convertirnos en un gueto es real, y eso no lo permitiremos”, sentencia.

Tamara Bernal junto con su padre Alfonso en su mercería

Tamara Bernal junto con su padre Alfonso en su mercería / Ferran Nadeu

Sin embargo, Badia no se quedará sin protección oficial. En 2023 se liberaron 4.156 viviendas, y en 2026 se liberarán 1.216 más. En total, de protección oficial quedarán en el municipio las tres últimas promociones, que suman 104 viviendas, según datos del consistorio extraídos de la Agència Catalana de l'Habitatge. El Ayuntamiento tiene claro que debe evitar el riesgo de especulación inmobiliaria. “Haremos un seguimiento riguroso de estos pisos”, advierte el alcalde, que no descarta sanciones.

Para dar forma a su visión, el municipio trabaja con un grupo de expertos que estudia qué iniciativas públicas puede realizar el Ayuntamiento para poder hacer un control sobre la vivienda. De hecho, el consistorio ya se ha puesto manos a la obra. Este febrero, el Institut Català del Sòl (Incasòl) construirá 32 viviendas en suelo público, de protección oficial, destinadas a jóvenes que estén trabajando y que estarán listas como tarde en 2029. El Ayuntamiento está terminando de ajustar la convocatoria: principalmente estará vinculada a jóvenes de Badia pero se abrirá al resto del territorio.

"Hay que darle un aire fresco"

Con una renta media de las más bajas de Catalunya, el 29% de los vecinos son atendidos por Serveis Socials, Badia enfrenta un reto socioeconómico importante. “El modelo de protección oficial ha limitado el perfil de nuestros vecinos. También las personas con retribuciones bajas tienen derecho a vivir en Sant Cugat o Matadepera”, defiende el alcalde. Son dos de las ciudades con las rentas más altas de Catalunya y que se sitúan a tan solo 18 km y 15 km de Badia, respectivamente.

Los vecinos también ven con optimismo esta metamorfosis. Tamara Bernal, de 35 años y una de las propietarias de una mercería en el centro, destaca el potencial del municipio: “La cercanía con la UAB es una gran ventaja. Hay que aprovecharlo para atraer a jóvenes y dar aire fresco al pueblo”. Su padre Alfonso, de 62 años, coincide: “Siempre ha sido un lugar tranquilo, aquí se vive muy bien. Este proyecto tiene mucha fuerza”. Núria Pérez, vecina de 48 años, subraya otra ventaja: “Los estudiantes podrán encontrar alquileres más asequibles que en otros municipios, y eso beneficiará a todos”, concluye la vecina sobre la nueva proyección de la ciudad.

Núria Pérez, vecina de 48 años delante de su casa valora con buena actitud la proyección de la ciudad de ser un nuevo distrito universitario

Núria Pérez, vecina de 48 años delante de su casa valora con buena actitud la proyección de la ciudad de ser un nuevo distrito universitario / Ferran Nadeu